Una suerte de válvulas de escape a la presión opositora, y especialmente chavista, sobre la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), planteó el presidente Nicolás Maduro la noche del jueves al proponer que la Carta Magna que surja de la ANC sea aprobada en las urnas electorales.
Isaías Rodríguez, traído desde Roma para la Constituyente ya lo había advertido, incluso antes de Maduro: "cualquier resultado de esta Constituyente debe ser sometido a referendo".
En realidad, la postura del exfiscal Rodríguez intentaba drenar las críticas del interior del mismo chavismo como Miguel Rodríguez Torres, Maripilli Hernández, Gabriela Ramírez y hasta el diputado del Gran Polo Patriótico, Eustoquio Contreras.
"Lo propondré de manera expresa, abierta y taxativa, la nueva Constitución saldrá a referendo consultivo para que el pueblo diga si está de acuerdo con la nueva Constitución reforzada o no", dijo el mandatario ante su equipo de Gobierno, horas después de que el pedido venía de uno de sus hombres clave para la Asamblea: Isaías Rodríguez, quien no visualiza otro camino para legitimar la iniciativa.
El célebre artículo 347 que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo solo interpretó en una dirección, la de la iniciativa de la convocatoria, sin hacer alusión al final de la historia, la de un referendo aprobatorio de la nueva Carta Magna.
"La Asamblea Constituyente está por encima del Presidente, de manera que él no puede garantizar eso. Es una jugada política", aseguró a la AFP el analista Luis Vicente León.
"No tenemos la mayoría para aprobar en referendo popular esa nueva constitución", interviene sin titubeos el diputado Eustoquio Contreras mirando hacia el futuro.
Escribe tu comentario